Un equipo encabezado por la licenciada en química Verónica Lasalle y la ingeniera Vera Álvarez trabaja en el desarrollo de un polímero natural que, absorbido por una tela, conseguiría dejar sin efecto la capacidad de replicarse y contagiar del Sars-Cov-2. De llegar a buen puerto, sería crucial para equipar a médicos y enfermeros. Además, anticipan qué otros usos y sobre qué superficies podría ser aplicado
Cuesta creer que el trabajo de una científica argentina no sea considerado “actividad esencial”. Sobre todo cuando esta licenciada en Química sea parte de un equipo cuyo proyecto para combatir al Covid-19 fue elegido entre los 64 que serán subsidiados con cien mil dólares por la Agencia de Promoción de la Investigación, el Desarrollo Tecnológico y la Innovación (Agencia I+D+i) del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación. Pero Verónica Lasalle (43, casada, tres hijos de 15, 11 y 7 años, es nacida en General Cerri -provincia de Buenos Aires-, recibida y profesora de la Universidad Nacional del Sur UNS), en Bahía Blanca), cuenta -y ni siquiera lo hace en tono de queja- que está esperando que le otorguen “el permiso para poder volver al laboratorio. no podemos asistir desde el 20 de marzo, todo se gestó desde nuestras casas. Estimamos que a partir del proyecto nos van a dar el permiso. Nuestro instituto está cerrado desde la cuarentena”.
Verónica trabaja en el Instituto de Química del Sur, que tiene doble dependencia: por un lado con el CONICET y por otro con el departamento de Química de la UNS. Allí dirige un grupo de investigación “donde básicamente nos dedicamos al diseño de materiales con funcionalidad específica para aplicarse en áreas que sean útiles para las necesidades de la comunidad. En dos áreas: la biomédica, con materiales para la salud, y el área de remediación ambiental, que es formular materiales que puedan servir para descontaminar principalmente aguas. Son diseñados a base de nanotecnología magnética, que nos ha dado muy buenos resultados para remover arsénico en aguas de pozo, subterráneas. En ese sentido trabajamos con escuelas rurales de la zona de Bahía Blanca, a través de proyectos de extensión, de voluntariados, con grupos multidisciplinarios”.
La licenciada en química Verónica Lasalle, de la UNS
Esta vez, la pandemia obligó a poner la mira en otro objetivo. El proyecto que presentó junto a la ingeniera en materiales marplatense Vera Álvarez lo llamaron “desarrollo de geles, films y recubrimientos poliméricos para la elaboración de materiales de protección y de inactivación del COVID-19 de distintas superficies”. Y, explica, “no corresponde específicamente a esta línea sino que es una combinación de éste con otro que tengo hace muchos años en colaboración”.
-¿Cómo surgió el proyecto?
-Con una beca doctoral que dirigimos junto a la doctora Alvarez desde hace diez años. Ambas tenemos a una becaria en común, y empezamos a ver que los materiales con los que trabajábamos podían llegar a tener tener actividad frente al coronavirus. Entonces lo que hicimos fue redireccionar nuestra investigación para ofrecer una respuesta a esta necesidad de contar con medios y recursos para ayudar a cortar el contagio y frenar la circulación del virus. No estábamos en esa línea, pero encontramos que el material en forma de gel que usábamos en la beca tenia esas propiedades. Así que adaptamos nuestra investigación.
-¿Cuál es el objetivo que persiguen?
-Sintetizar materiales de base polimérica, de bajo costo, de simple preparación e implementación que resulten eficientes como herramientas para la prevención de infecciones y eliminación del virus Covid-19 de distintas superficies.
La ingeniera marplatense Vera Álvarez
-¿Qué características tiene el material?
-Es un material híbrido polimérico-inorgánico, y lo principal es que, además de ser antiviral y desinfectante, puede incluirse en matrices de distinto tipo. En el proyecto tratamos de insertarlo en la producción de telas para indumentaria, ropa de protección sanitaria para quienes están en la trinchera contra el Covid-19, como mascarillas, guantes, ambos y otros insumos hospitalarios como sábanas. Pero además, por su versatilidad, podría ser recubrimiento de otras superficies de acceso masivo, como pisos y paredes de hospitales, edificios públicos como bancos o escuelas y desinfección de medios de transporte.
-¿Cómo se compone?
-El componente más importante es un polímero natural que tiene actividad antiviral, y le sumamos nanopartículas inorgánicas que refuerzan esa propiedad. Así se genera una sinergia entre ambas. Esa es la característica más importante junto con su versatilidad.
-¿Qué es un polímero natural?
-Un compuesto que se puede extraer fácilmente y está biodisponible de manera natural. Otro punto fundamental es que se produce a nivel nacional y tiene bajo costo. Otro objetivo es que el desarrollo se pueda implementar en el menor tiempo posible y que sea económico. Para eso tuvimos en vista la aplicación del material de manera industrial. Tenemos contacto con una empresa, Textil Pigüé, para gestionar el desarrollo del material e insertarlo en sus telas para que tengan propiedades antivirales.
-¿Recubre la tela o la impregna?
-La impregna, es un gel al que le podemos variar su viscosidad y dar distintos tipos de consistencia, Le características van a depender de en qué etapa del proceso textil nos encontremos.
-¿Cómo actúa?
-El virus se absorbe en la superficie del material, principalmente, por la comunidad que tiene con la composición del polímero, y en esa interacción química queda inactivado. Allí queda la membrana del virus y no puede generar el efecto de réplica y de contagio.
-¿El virus queda “pegado” a la indumentaria?
-Por decirlo de alguna manera, pero sin posibilidades de reproducirse. Lo que quedaría destruida es la membrana del coronavirus, que es la que hace posible su ingreso a las células y genera el efecto tóxico.
-¿Esa ropa recubierta por el material, se puede reutilizar?
-Sí, no es descartable, se puede volver a utilizar. Uno de los desafíos que tenemos es evaluar cuántos usos soporta. Cuál es la vida útil, una vez lavado, de la actividad antiviral.
-¿Se lava en forma normal o hay un método especial?
-Eso lo estamos definiendo, si es posible hacerlo en un lavarropas o será especial.
-Hay minerales, como el cobre, que rechazan al virus. ¿Lleva ese elemento?
-Si. Es una base polimérica que tiene nanopartículas de cobre y de plata. es lo que comúnmente se emplea. Del resto de la composición mucho no podemos decir, porque tenemos un convenio con una empresa y no podemos explayarnos demasiado. Pero los metales de transición inorgánica como el cobre y la plata, históricamente, tienen una actividad antiviral y bactericida. Se usan, a veces inconscientemente, desde hace muchas décadas. Ahora hay un boom en todo el mundo, no tanto en la Argentina, de productos cuya formulación tiene cobre y plata. Lo que pasa es que ese tipo de materiales inorgánicos tienen también la capacidad de escaparse del material donde se encuentran inmovilizados, y generar cierta toxicidad. Hay que usarlos con cuidado. Nosotros sabemos que están inmovilizados y haremos estudios de estabilidad para impedir y verificar que si hay algún tipo de leeching -la disgregación del material- sea inocuo. En este trabajo incluimos estudios antivirales los realizamos con la colaboración del Instituto de Investigaciones Bioquímicas de Bahía Blanca (INIBIBB) y una investigadora hará ensayos a nivel dérmico para estar cubiertos de que los componentes del material no generan efectos adversos.
-¿Para cuándo podrían tener listo el material antiviral?
-Estamos ajustando el cronograma y el viernes entregaremos el proyecto definitivo. En seis meses deberíamos tener el material con las pruebas antivirales y de toxicidad terminadas. De ahí en adelante haríamos los ensayos en telas con la colaboración de grupos textiles del INTI, con quienes vamos a trabajar la validación del material. Y por último, la escala piloto del material. Entre los seis meses y el año lo tendremos finalizado.
El servicio AR1050 de la línea de bandera aterrizó en Beijing alrededor de las 17.30 de nuestro país. Se estima que arribará a Ezeiza este jueves por la noche. Según anunció el Gobierno, la mayoría de las dosis será destinada a los docentes
Alrededor de las 17.30 de la Argentina, el servicio AR1050 de Aerolíneas Argentinas aterrizó en Beijing, China, para buscar un cargamento de vacunas del laboratorio Sinopharm. Se estima que el vuelo de regreso arribará al Aeropuerto Internacional de Ezeiza este jueves cerca de las 22. De acuerdo a lo que anunció el Gobierno, la mayor parte de las dosis será destinada a los docentes.
El avión de la línea de bandera había partido este martes al mediodía. Si bien las autoridades nacionales aseguraron que llegará 1 millón de dosis, es muy probable que por la capacidad de la aeronave se cargue un diez por ciento menos, es decir 900.000. Luego de una larga negociación con el Gobierno de Xi Jinping, en total Argentina acordó la provisión de más de 20 millones de vacunas de Sinopharm.
Luego del escándalo desatado por el “Vacunatorio VIP” que funcionó en el Hospital Posadas, en Haedo, y en la sede del Ministerio de Salud, en la Capital Federal, la nueva ministra, Carla Vizzotti, aprobó estas vacunas el domingo pasado tras las sugerencias de la ANMAT (Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica). Ahora, parte de la estrategia gubernamental pasa por intensificar el control de la aplicación de las dosis disponibles y que haya una mayor transparencia en los movimientos de la cartera de Salud. Esta semana también se espera la llegada de otras 300 mil dosis de la vacuna rusa Sputnik V, aunque todavía no se confirmó cuándo saldrá otro avión con destino Moscú.
Pasadas las 18.15 de este martes, el presidente de Aerolíneas Argentinas, Pablo Ceriani, informó en su cuenta oficial de Twitter: “En marcha el procedimiento de carga de las vacunas en el Aeropuerto Internacional de Beijing. Si todo continua de acuerdo a lo planificado, a las 21.50 hs de mañana estaremos aterrizando en el Aeropuerto de Ezeiza. Buen regreso a todo el equipo de @Aerolineas_AR”.
Anteriormente, Ceriani había dado otras precisiones sobre el vuelo: “Para el traslado de las vacunas, que en este caso requieren de una refrigeración entre 2 y 8 °C, se utilizarán ‘envirotainers’, contenedores especiales con control activo de temperatura. Esto nos permite trasladar un mayor volumen de vacunas en la bodega del avión”.
En tanto, este martes por la tarde el Gobierno nacional anunció que empezará a vacunar al personal docente en todo el país, justamente con el millón de dosis de la vacuna china Sinopharm que fue a buscar el avión de la línea de bandera. La decisión fue comunicada por Vizzotti y el jefe de Gabinete, Santiago Cafiero, a los ministros de salud de todas las provincias en la reunión del Consejo Federal de Salud (CoFeSa).
A pocos días del comienzo de las clases en la mayor parte del país, el gobierno de Alberto Fernández decidió así empezar a vacunar al personal docente con el fin de inmunizar la mayor cantidad posible de maestros en el inicio del año electivo. La decisión es un paso más en el camino que quieren seguir en la Casa Rosada para poner el foco en la gestión, luego del escándalo por los vacunados VIP.
De todas formas, el total de las vacunas chinas no será utilizado exclusivamente para los docentes. La intención del Gobierno es, con la llegada del mayor volumen de dosis desde que empezó el plan de vacunación, iniciar la inoculación en uno de los grupos de riesgo. Es decir, aprovechar la cantidad para abarcar con rapidez a la mayor cantidad de docentes posibles.
Arribaron al Aeropuerto Internacional de Ezeiza a las 2:58 de la mañana y en las próximas horas serán supervisadas por el Ministerio de Salud
Un nuevo lote de vacunas contra el COVID-19 llegaron esta madrugada a la Argentina. Son 580 mil dosis de Covishield, una variante de la creada por la Universidad de Oxford y AstraZeneca, pero producida por el Serum Institute de la India.
Minutos antes de las tres de la mañana el vuelo de Qatar Airlines (QR 8155) aterrizó en el aeropuerto de Ezeiza. Desde el Ministerio de Salud informaron que en las próximas horas Ginés González García “supervisará las vacunas que llegan desde la India en el Hangar de Cargas Argentinas”.
El cargamento llega mientras en el país se aplica únicamente la vacuna rusa Sputnik V, sin haber logrado hasta ahora un suministro lo suficientemente importante y fluido de arribos como para suministrarlas de manera masiva. La demanda global condicionó en Argentina un escenario de estrangulamiento de llegada de vacunas, por lo que el Gobierno podría modificar la estrategia epidemiológica y decidir que solo se aplique una dosis de la vacuna producida en la India.
Según los últimos análisis efectuados por el laboratorio AstraZeneca, una sola dosis de Covishield alcanza el 76% de eficacia contra el coronavirus, es decir un porcentaje de protección suficientemente bueno según establece la Organización Mundial de la Salud (OMS) para una inoculación viral efectiva de este tipo de virus.
La vacuna Covishield es una variante de la fabricada por AstraZeneca y Oxford, que se produce en el Serum Institute de la India a partir de un acuerdo de colaboración en el contexto de una transferencia tecnológica del laboratorio anglosueco y la universidad británica. El Estado argentino acordó la adquisición de un total de 1.160.000 dosis. Otras 580 mil llegarían en marzo en una aerolínea privada.
A fines de diciembre, la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT) validó el uso de emergencia de la vacuna AZD1222 de Oxford/AstraZeneca en dos dosis. Esta vacuna, la primera creada contra el SARS-COV-2 en el mundo luego de que estallara la pandemia, sirve para la inmunización activa de personas mayores de 18 años con dos dosis administradas con un intervalo de entre 4 y 12 semanas, según recomendó en primer lugar la agencia regulatoria inglesa (MHRA) al autorizarla como suministro de emergencia.
Para ello aseguró que los ensayos clínicos de Fase III demostraron que este régimen es seguro y eficaz para prevenir el COVID-19 sintomático, sin casos graves ni hospitalizaciones más de 14 días después de la segunda dosis, con la que se alcanza un 82% de protección.
Los resultados demostraron una eficacia de la vacuna del 76% (IC: 59% a 86%) después de una primera dosis, con la protección mantenida hasta la segunda dosis (REUTERS)
Por ello, las autoridades sanitarias argentinas evaluarían si las 580 mil dosis servirán para inmunizar a 290 mil personas con dos dosis, o bien a 580.000 con una sola. Con respecto a la Covishield, fue autorizada por ANMAT con carácter “de emergencia”, el pasado 9 de febrero, y se aclaró que la trasferencia de tecnología entre AzatraZeneca/Oxford y el Serum Institute de la India “no impacta en la calidad, seguridad y eficacia”.
Los resultados demostraron una eficacia de la vacuna del 76% (IC: 59% a 86%) después de una primera dosis, con la protección mantenida hasta la segunda dosis. Con un intervalo entre dosis de 12 semanas o más, la eficacia de la vacuna aumentó al 82% (IC: 63%, 92%). El análisis también mostró el potencial de la vacuna para reducir la transmisión asintomática del virus, según los hisopados semanales obtenidos de voluntarios en el ensayo del Reino Unido. Los datos mostraron que las lecturas de PCR positivas se redujeron en un 67% (IC: 49%, 78%) después de una dosis única y en un 50% (IC: 38% a 59%) después del régimen de dos dosis, lo que respalda un impacto sustancial en la transmisión del virus.
Días atrás, Ginés González García había celebrado que con la llegada de estas dosis contra el COVID-19 se podrá “escalar la vacunación de los grupos priorizados”. Estas dosis se agregarán a las 23,6 millones que el Gobierno ya contrató con el laboratorio anglosueco en producción conjunta con la biotecnológica local mAbxience y la mexicana Liomont y que se está fraccionando y envasando en México, para ser distribuida en toda la región desde el mes que viene.
Tras arribar en Ezeiza esta madrugada, a partir de las 9.30 de la mañana el Ministerio de Salud encabezará la supervisión de las dosis de Covishield en el Hangar de Cargas Argentinas del aeropuerto.
El organismo recomendó el ensayo para su utilización de emergencia entre 8 y 12 semanas de diferencia entre la aplicación de la primera dosis y la segunda
La Organización Mundial para la Salud (OMS) recomendó el uso de emergencia la vacuna de la Universidad de Oxford y AstraZeneca contra el coronavirus para mayores de 65 años, luego de que varios países europeos decidieran no hacerlo por falta de información sobre su efectividad y seguridad en ese grupo etario.
Países como Alemania, Austria, Bélgica, Dinamarca, Francia, Italia, Noruega Suecia, Suiza, Polonia y Portugal habían anunciado que no aplicarían la vacuna a mayores de 65 años alegando que no hay suficientes datos sobre la efectividad del ensayo.
Sin embargo, el organismo recomendó la vacuna a “todas las personas mayores de 18 años sin límite de edad superior”.
“Los resultados de la estimación de eficacia para personas de hasta 65 años o más tenían un intervalo de confianza amplio y, por lo tanto, creemos que la respuesta de este grupo no puede ser diferente a los grupos de menor edad”, dijo Alejandro Cravioto, presidente de Grupo Asesor Estratégico de Expertos en Inmunización (SAGE) de la OMS.
Un miembro del personal médico administra la vacuna COVID-19 Oxford-AstraZeneca a un colega en el hospital Foch en Suresnes, cerca de París, Francia, el 8 de febrero de 2021. REUTERS / Benoit Tessier
Cravioto también afirmó que hay “evidencia significativa” de que la vacuna de AstraZeneca es eficaz contra la mutación B117 del coronavirus, también conocida como variante sudafricana.
La declaración se produce luego de que Sudáfrica decidiera detener el martes el lanzamiento del inoculante y amenazara con vender sus suministros tras resultados de ensayos “decepcionantes” contra la nueva variante del país.
La decisión de no aplicar la vacuna de AstraZeneca (única que había llegado al país hasta ahora) se tomó después de que se conocieran los datos preliminares de un estudio desarrollado por la Universidad de Oxford y la Universidad de Witwatersrand (Johannesburgo). Según ese reporte, adelantado por el Financial Times, la solución ofrecía solo alrededor de un 22% de eficacia contra casos leves y moderados de la variante 501Y.V2 (ó B.1.351).
Esta se descubrió en el país en diciembre pasado y desde entonces se volvió dominante. Es un 50% más contagiosa, según los datos recabados hasta ahora, pero no se ha manifestado con más gravedad para los pacientes.
FOTO DE ARCHIVO: Una niña con una máscara protectora mira a través de la ventana de un autobús en Eikenhof, al sur de Johannesburgo, Sudáfrica, 24 de agosto de 2020. REUTERS / Siphiwe Sibeko /
De todas maneras, la OMS señaló que los datos del ensayo eran “demasiado pequeños” para limitar su implementación en cualquier país.
“Teniendo en cuenta todos estos factores, hemos hecho la recomendación de que incluso si hay una reducción en la posibilidad de que estas vacunas tengan un impacto total en su capacidad de protección contra enfermedades graves, no hay razón para no recomendar su uso incluso en países que presentan circulación de la variante“, afirmó Cravioto.
En un informe publicado esta tarde, la OMS concluyó que la vacuna de AstraZeneca tiene un 63% de efectividad para prevenir los síntomas de la enfermedad de COVID-19.
Se espera que la eficacia sea mayor en la prevención de enfermedades graves y cercana al 100% en la prevención de muertes relacionadas con coronavirus.