Un enviado de Clarín recorrió las “zonas rojas” de la enfermedad en Misiones: Andresito, Puerto Iguazú, Oberá y Posadas. En la provincia hay oficialmente 4.000 infectados, pero la cifra real es varias veces mayor. Hay familias enteras infectadas y médicos que no dan abasto.
Los casos de dengue en Misiones no paran de incrementarse y los esfuerzos del Ministerio de Salud Pública por frenar el avance del virus resultan insuficientes. Es la enfermedad que avanza y avanza, a la sombra del coronavirus. Las estadísticas oficiales están muy alejadas de la realidad y eso se comprueba con sólo salir a recorrer las cuatro ciudades donde existe una fuerte circulación viral: Andresito, Puerto Iguazú, Oberá y Posadas.
Misiones reconoce poco más de 4.000 afectados, de los cuales 200 tienen comprobación por laboratorio y el resto de los diagnósticos surge del análisis clínico que realizan los médicos. Pero esa cifra está muy alejada de la realidad. Y fue el ministro de Salud Pública, Oscar Alarcón, quien admitió que por cada paciente que acude a consulta por dengue hay otros diez que reconocen los síntomas y deciden cursar la enfermedad sin acudir a los hospitales.
Los empleados de Salud Pública que deben realizar los bloqueos sanitarios y el rociado espacial para eliminar los mosquitos Aedes Aegypti adultos exhiben en sus rostros todo el cansancio que implica trabajar a destajo desde hace más de dos meses contra el virus que diezma las familias misioneras.
La familia Stelter, en el barrio Industrial de Andresito. Cuatro de ellos tuvieron dengue.
Clarín recorrió esos lugares y comprobó que la realidad supera las frías estadísticas y la gente padece en silencio una enfermedad que casi siempre los deja tirados en una cama no menos de una semana.
Ignacia Fretes volvió por cuarta vez a la guardia de emergencia del Hospital de Andresito. Esta vez es para acompañar a su hijo menor, que está con fiebre y dolor de cabeza. El adolescente mira sin mirar y se muestra abatido mientras espera que la puerta del consultorio se abra y alguien pronuncie su nombre. Vinieron temprano desde el barrio Obrero, donde el virus del dengue está instalado desde hace casi dos meses.
“La primera en tener dengue fui yo, hace más o menos dos semanas. Empecé con dolor de cabeza, fiebre, chucho y muchos dolores musculares. Enseguida desconfié que era dengue”, relató. Como el cuadro no le resultó extraño porque ya lo había notado en muchos de los vecinos, decidió caminar hasta el Hospital sólo para confirmar el diagnóstico y recibir en forma gratuita una tableta de paracetamol para paliar los efectos del virus. Y aporta un dato importante: desde el barrio Obrero fueron pocos los afectados que fueron al hospital para el diagnóstico.
“Yo todavía no había terminado de recuperarme cuando cayó enfermo de dengue mi marido. Es terrible lo que pasa en nuestro barrio porque en cada casa hay gente enferma”, cuenta, resignada y apenas con un hilo de voz. “Vino la gente de Salud Pública a fumigar el barrio y también mi casa cuando me diagnosticaron, pero igual hay muchos mosquitos a la tardecita”, cuenta Ignacia mientras de reojo mira los movimientos de las enfermeras del hospital y aguarda resignada el turno para su hijo.
También se queja porque muchos aprovechan la situación para hacer una diferencia económica. “La tableta de paracetamol, el más común, pasó de 60 a 80 pesos en una semana en las farmacias de Andresito. Y si te vas a un kiosco o mercado te cobran 15 pesos cada comprimido”, cuenta indignada.
Karina Damacena, una vecina del Barrio Obrero que también tuvo dengue.
A la charla se suma Karina Damacena. La joven también vive en el barrio Obrero y no escapó del virus. “Cuando empecé con los síntomas me vine al hospital, pero había tanta gente que volví a mi casa y empecé a tomar paracetamol. Ya sabía lo que tenía que hacer porque en mi cuadra cayeron enfermos todos”, relató.
“Los síntomas me duraron dos semanas. Fue terrible porque tenía dolores musculares muy fuertes y la fiebre no quería aflojar. Después agarró dengue mi marido y también estuvo muy mal”, agregó Karina. La joven mira al cielo y agradece: “Mis hijos sólo tuvieron los síntomas tres días. Al varoncito le di de tomar agua con hojas de mamón (papaya) y se recuperó rápido”. Este es el recurso que utilizan muchas personas de escasos recursos, convencidas que la savia de esa planta es un remedio natural.
Un pasillo del hospital de Andresito, donde llegaron a atender 30 casos febriles por día.
El director del Hospital, Marcelo Frojan, cuenta que allí se atiende cerca del 90 por ciento de los más de 30.000 pobladores que hay en la localidad y las zonas rurales. “En enero teníamos 30 casos febriles por día y ahora por suerte bajó un poco y estamos entre los 10 y 12 casos, pero es una situación que nos sigue preocupando. Nosotros hasta ahora tenemos unos 700 casos febriles detectados desde que empezó el brote”.
El hospital tuvo que afrontar lo peor de la crisis con apenas cinco médicos pero ahora desde el Ministerio de Salud Pública reforzaron el plantel con otros cuatro profesionales que prestarán servicios en la medida que el brote viral no disminuya su intensidad.
Frojan sostuvo que las situaciones más críticas se vivieron en los barrios Quintas Bajas, 20 de Junio,Villa Nueva, Barrio Obrero y Quintas Altas por la cantidad de afectados por el virus. “En base a los cuadros febriles vamos haciendo una georeferenciación para saber en qué lugares tenemos más casos”, explicó. Sin embargo, admitió que es una información parcial porque la mayoría de los pacientes no llega a consulta, ni siquiera a los pocos consultorios privados que hay en la localidad.
El médico contó que los cuadros clínicos varían en los pacientes. “Hay gente que viene y tenemos que colocarle suero por un par de horas porque llega deshidratada y no retiene líquidos en el estómago. En algunos aumenta mucho el sufrimiento por los dolores musculares y articulares. El cuadro dura entre cinco y siete días”, contó. Pero los padecimientos de la gente no terminan allí porque después que se va la fiebre y el dolor aparece una erupción cutánea que genera mucha comezón.
Muchos de los afectados que hablaron con Clarín en Andresito relataron que la recuperación total lleva muchos más días que los que indican los manuales médicos. Insisten en que la debilidad y algunos malestares persisten dos semanas después de la desaparición de los síntomas típicos del dengue.
Es cerca del mediodía y el termómetro denuncia “apenas” 37 grados en el barrio Obrero de Andresito. Aníbal Stelter está sentado en la galería de su casa junto a Camila, Heriberto y otros familiares compartiendo un tereré (mate frío) a la espera del almuerzo. “Acá los cuatro tuvimos dengue”, arranca Aníbal. “Yo primero creí que era una gripe, pero después aparecieron los dolores musculares y detrás de los ojos. Es tremendo, incluso te quita el apetito y hasta se sufre de vómitos”, enumera Aníbal. “A la noche parece que los dolores en el cuerpo son más intensos, no se puede dormir…”. “Cuando parece que lo peor ya pasó, aparece en todo el cuerpo una picazón que parece sarna, Dios mío, es algo que no se le desea a nadie”, dice mientras sacude con fuerza la cabeza como quien quiere borrar un mal recuerdo.
Ramona Mabel De Olivera, barrio San Miguel de Oberá.
Otro de los lugares críticos por la cantidad de casos de dengue es la ciudad de Oberá. Ramona Mabel De Olivera vive en el barrio San Miguel y es una de las afectadas por el virus junto a una sobrina y varios vecinos cercanos.
“La que primero empezó con los síntomas fue mi sobrina, pero yo creí que me estaba mintiendo. Le dolía todo el cuerpo y yo caí un poco después con los mismos síntomas. Empecé con fiebre y mucho dolor de espalda, se me fue el apetito y ni agua podía tomar”, contó Ramona, que todavía duda que el mosquito Aedes Aegypti sea el responsable de la denominada enfermedad rompehuesos.
“Ocho días estuve con paracetamol. Es lo único que te dejan tomar. Yo primero fui al hospital pero no me hicieron estudios de laboratorio. Como seguía mal, fui a una clínica y me hicieron el análisis a través de mi obra social. La doctora que me atendió me confirmó que era dengue y dijo que tengo que hacerme otros análisis más adelante porque puedo tener una recaída”.
Si bien padeció los dolores musculares y articulares, Ramona asegura que no hay nada peor que la picazón posterior. “Parece sarna. Es una comezón muy intensa y difícil de sobrellevar sin rascarse”.
El director del Hospital Samic, Héctor González, reconoció que en ese lugar se confeccionaron 900 de las 1.056 fichas epidemiológicas por dengue que tiene Oberá. “Ahora entramos en una meseta pero durante el pico llegamos a recibir cerca de 30 pacientes con síntomas por día”.
El médico dijo que la demanda fue tal que habilitaron un consultorio exclusivo para casos febriles entre las 8.00 y las 22.00. Y que la mayor demanda de los pacientes se produjo en horas del mediodía y al atardecer.
González, que dirige el hospital desde hace casi ocho años, admitió que algunos pacientes llegaron a quedar internados dos días porque no podían bajarles el cuadro febril y además presentaban cuadros de deshidratación, aunque no hubo ninguna muerte a causa de este virus.
En Misiones este año se detectaron tres de los cuatro serotipos del virus, pero sólo se reconoce la circulación viral del DEN 1. Las variantes DEN 2 y 4 se detectó en personas con antecedentes de viajes a Paraguay o Brasil, donde la situación es aún más critica.
“No me había contado de su embarazo”
Sandra Walder tenía 24 años y cursaba un embarazo de 12 semanas. Foto: redes sociales.
La voz de María Lidia Alves tiembla cuando habla de su nieta, Sandra Walder, la joven que a principios de marzo falleció a causa del dengue. Sandra tenía dos hijos y estaba embarazada de doce semanas. Su familia cree que en el Hospital de Andresito le aplicaron una inyección que agravó su estado de salud y casi tres semanas después le causó el deceso por una falla multiorgánica.
“Cuando ella todavía estaba internada en el Hospital de Posadas pidió para hablar conmigo. Apenas llegué, me pidió que me hiciera cargo de sus dos hijos, que los cuidara. Sandra. La nenita, que tiene tres años está muy triste. Al chico, que tiene seis años le explicamos que su mamá ahora está en una estrella, que ya no va a volver”, dice María sin disimular el dolor que todavía le genera la muerte de su nieta.
“Ella no me había contado nada de su embarazo. Me quería dar una sorpresa más adelante. Después los médicos nos contaron que ese embarazo fue lo que la mantuvo con vida tantos días en el hospital”.
La familia de Sandra vive un doble drama. Es que la joven ya había completado los estudios para donarle un riñón a su hermano Gabriel, que desde hace tres años debe someterse a diálisis tres veces por semana. “Estabamos esperando la fecha en que se iba a hacer la operación y pasó todo esto. Es tremendo”, dice acongojada María.
El comunicado oficial del hospital sobre el fallecimiento de Sandra Walder (24).
María Lidia asegura que en un primer momento le pidieron 2.000 pesos para hacerle los estudios de laboratorio en el hospital de Andresito. “En ese momento no teníamos esa plata. Ella estaba acá y me decía que estaba con fiebre, mucho dolor de cabeza y en todo el cuerpo”.
Andrés, el tío de Sandra, fue quien la llevó varias veces al hospital hasta que los médicos decidieron internarla y después de estabilizarla la derivaron a otro centro asistencial. Desde Salud Pública dijeron que la joven pudo haber sufrido una grave afectación del hígado a causa de una sobremedicación con paracetamol.
La familia de Sandra sostiene que la chica tuvo dengue durante el brote que se registró entre 2015 y 2016 en Misiones, pero en el hospital no hay registros. El director, Marcelo Frojan, dijo que “no hay antecedentes de ella. Incluso tampoco consultó por su embarazo acá en el hospital ni en los consultorios que funcionan en el Centro Integrador Comunitario”.
Frojan dijo que Walder ingresó “el 6 de febrero. Al día siguiente retiró los estudios de laboratorio y vimos que tenía una leve plaquetopenia. Después volvió el 12 con un cuadro mucho más grave y decidimos derivarla a Eldorado después de estabilizarla”.
La familia apunta a una médica del hospital que le aplicó un medicamento que terminó agravando el cuadro de dengue. “Nosotros le pedimos al ministro de Salud que remuevan a la doctora Liliana porque ella es la responsable de lo que pasó con Sandra”, dijo su tío Andrés.
Ya los casos confirmados en Ciudad de Buenos Aires son menos del 1% entre los trabajadores de la salud. En Mendoza y Rosario, también corroboran esta tendencia en baja de casos
El personal de la salud puso el cuerpo para atender a los pacientes con COVID-19, y muchos perdieron sus vidas. Por la exposición repetida o por no contar con la protección adecuada, más de 360 médicos y enfermeros, entre otros integrantes del sistema de salud, habían fallecido para principios de diciembre. A partir del inicio de la campaña de vacunación, pasaron a ser un grupo prioritario y ya se empiezan a registrar el descenso de casos confirmados dentro del personal de la salud con la eventual disminución de los fallecimientos.
En la Ciudad de Buenos Aires, los casos confirmados de COVID-19 en el personal de la salud representaban entre el 3 y el 4% en diciembre pasado, en base al registro epidemiológico que lleva el Ministerio de Salud porteño. En cambio, durante las últimas semanas los casos confirmados son menos del 1%.
Cómo evolucionaron los casos de la población general en la ciudad de Buenos Aires en comparación con los casos del personal de la salud que fue vacunado.
También en la provincia de Mendoza, el Ministerio de Salud corroboró la tendencia en baja de menos afectados en el personal de la salud. Según contó a Infobae la infectóloga y jefa del departamento de inmunizaciones de la cartera de salud mendocina, la doctora Iris Aguilar, “hay una disminución marcada de casos de COVID-19 en el subgrupo del personal de la salud. Durante el mes de febrero sólo hubo dos casos de COVID-19 en enfermeros”.
En la ciudad de Rosario, provincia de Santa Fe, comienzan a registrarse cambios. “Empezamos con la vacunación el 29 de diciembre y ya el primer día se inmunizó a 75 personas. Ya con la primera dosis ya hubo reducción de casos del personal de la salud a mitad de enero. En febrero ya estaba vacunado casi todo el personal de la salud, y no hemos tenido casos de médicos o enfermeros con COVID-19”, contó a Infobae Carolina Subirá, infectóloga y coordinadora del área de Calidad y Seguridad del Paciente del Sanatorio Parque en Rosario.
Los trabajadores de la salud fueron considerados población estratégica por el Ministerio de Salud de la Nación a la hora de armar el plan de vacunación para desacelerar la pandemia y reducir el número de muertes. Son un grupo clave para sostener adecuadamente el funcionamiento y la respuesta del sistema sanitario. También se consideró el nivel de exposición al que se enfrentaban. En noviembre de 2020, el personal de la salud representaba el 4,4% sobre el total de casos confirmados de COVID-19 en todo el país.
En diciembre, se había estimado en base al Registro Federal de Personal Sanitario que se iban a vacunar inicialmente 763.000 trabajadores de la salud en Argentina REUTERS/Agustin Marcarian
De acuerdo al monitor público de vacunación, hoy miércoles 3 de marzo ya se habían realizado 890.221 aplicaciones en el personal de la salud. Pero no se especifica cuántos corresponden a la primera y a la segunda dosis. En el plan original, se había estimado en base al Registro Federal de Personal Sanitario que se iban a vacunar inicialmente 763.000 trabajadores de la salud.
En la provincia de Buenos Aires, el titular de la cartera de Salud, Daniel Gollan, había informado el martes que el 95% del personal de la salud se ha inscripto para recibir la vacuna. Ya le aplicaron la vacuna a 200.000 de los 231.264 registrados. El funcionario dijo que durante los próximos meses “el personal de salud estará protegido para atender la demanda de urgencia”. La vacunación hará “que no se nos caigan las guardias cada vez que haya un caso en el personal”, agregó. Adelantó que este año el protocolo para el personal de salud será diferente. Están haciendo un estudio en el personal de salud sobre el impacto de la vacunación. “El 8% se podría enfermar aunque haya recibido la vacuna, pero sería de una forma leve. Por eso, será necesario seguir con los cuidados”, expresó Gollan.
En cambio, desde la perspectiva de la doctora Silvia González Ayala, profesora de la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad Nacional de La Plata y miembro del Comité Institucional de Revisión de Protocolos de Investigación del Hospital de Niños Sor María Ludovica de La Plata, hay que mantener cautela sobre la evolución de la pandemia y el impacto de la vacunación. Le dijo a Infobae: “El 29 de diciembre se empezó a vacunar con la primera dosis en el personal de la salud de la Argentina. Es esperable que los casos confirmados de COVID-19 y los fallecimientos bajen por el impacto de la vacunación en ese grupo priorizado”.
Ya hay transmisión comunitaria en la Argentina de las variantes del coronavirus que fueron detectadas en el Reino Unido y en Río de Janeiro, Brasil, según relevó el Consorcio País
De acuerdo con González Ayala, “la vacunación en los grupos priorizados viene lento. Ya se distribuyeron 2.231.310 dosis, pero aún solo se aplicaron 1.181.292 dosis. Considero que hay que hacer un shock de vacunación para evitar la circulación local de las variantes de preocupación”. En el caso de la vacuna Sputnik, su eficacia es del 85% con la primera dosis. Con la segunda dosis, la eficacia llega al 91,6%.
La preocupación de la doctora González Ayala está en el potencial avance de nuevas variantes que podrían limitar la eficacia de las vacunas. “Hay que tener en cuenta que las vacunas podrían no cubrir todas las variantes que aparezcan. Por ejemplo, la vacuna de AstraZeneca solo protege en el 22% en los casos de infección por la variante de Sudáfrica. Con respecto a la variante de Manaos, aún no se sabe. Esto significa que se necesita que la vacunación avance más rápido para desacelerar la propagación de las variantes, y evitar que se reduzca la eficacia de las vacunas”.
Ya hay transmisión comunitaria en la Argentina de las variantes del coronavirus que fueron detectadas en el Reino Unido y en Río de Janeiro, Brasil, según relevó el Consorcio País, que depende del Ministerio de Ciencia de la Nación. Se trata de casos confirmados de COVID-19 que no tenían antecedentes de viajes.
El servicio AR1050 de la línea de bandera aterrizó en Beijing alrededor de las 17.30 de nuestro país. Se estima que arribará a Ezeiza este jueves por la noche. Según anunció el Gobierno, la mayoría de las dosis será destinada a los docentes
Alrededor de las 17.30 de la Argentina, el servicio AR1050 de Aerolíneas Argentinas aterrizó en Beijing, China, para buscar un cargamento de vacunas del laboratorio Sinopharm. Se estima que el vuelo de regreso arribará al Aeropuerto Internacional de Ezeiza este jueves cerca de las 22. De acuerdo a lo que anunció el Gobierno, la mayor parte de las dosis será destinada a los docentes.
El avión de la línea de bandera había partido este martes al mediodía. Si bien las autoridades nacionales aseguraron que llegará 1 millón de dosis, es muy probable que por la capacidad de la aeronave se cargue un diez por ciento menos, es decir 900.000. Luego de una larga negociación con el Gobierno de Xi Jinping, en total Argentina acordó la provisión de más de 20 millones de vacunas de Sinopharm.
Luego del escándalo desatado por el “Vacunatorio VIP” que funcionó en el Hospital Posadas, en Haedo, y en la sede del Ministerio de Salud, en la Capital Federal, la nueva ministra, Carla Vizzotti, aprobó estas vacunas el domingo pasado tras las sugerencias de la ANMAT (Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica). Ahora, parte de la estrategia gubernamental pasa por intensificar el control de la aplicación de las dosis disponibles y que haya una mayor transparencia en los movimientos de la cartera de Salud. Esta semana también se espera la llegada de otras 300 mil dosis de la vacuna rusa Sputnik V, aunque todavía no se confirmó cuándo saldrá otro avión con destino Moscú.
Pasadas las 18.15 de este martes, el presidente de Aerolíneas Argentinas, Pablo Ceriani, informó en su cuenta oficial de Twitter: “En marcha el procedimiento de carga de las vacunas en el Aeropuerto Internacional de Beijing. Si todo continua de acuerdo a lo planificado, a las 21.50 hs de mañana estaremos aterrizando en el Aeropuerto de Ezeiza. Buen regreso a todo el equipo de @Aerolineas_AR”.
Anteriormente, Ceriani había dado otras precisiones sobre el vuelo: “Para el traslado de las vacunas, que en este caso requieren de una refrigeración entre 2 y 8 °C, se utilizarán ‘envirotainers’, contenedores especiales con control activo de temperatura. Esto nos permite trasladar un mayor volumen de vacunas en la bodega del avión”.
En tanto, este martes por la tarde el Gobierno nacional anunció que empezará a vacunar al personal docente en todo el país, justamente con el millón de dosis de la vacuna china Sinopharm que fue a buscar el avión de la línea de bandera. La decisión fue comunicada por Vizzotti y el jefe de Gabinete, Santiago Cafiero, a los ministros de salud de todas las provincias en la reunión del Consejo Federal de Salud (CoFeSa).
A pocos días del comienzo de las clases en la mayor parte del país, el gobierno de Alberto Fernández decidió así empezar a vacunar al personal docente con el fin de inmunizar la mayor cantidad posible de maestros en el inicio del año electivo. La decisión es un paso más en el camino que quieren seguir en la Casa Rosada para poner el foco en la gestión, luego del escándalo por los vacunados VIP.
De todas formas, el total de las vacunas chinas no será utilizado exclusivamente para los docentes. La intención del Gobierno es, con la llegada del mayor volumen de dosis desde que empezó el plan de vacunación, iniciar la inoculación en uno de los grupos de riesgo. Es decir, aprovechar la cantidad para abarcar con rapidez a la mayor cantidad de docentes posibles.
Arribaron al Aeropuerto Internacional de Ezeiza a las 2:58 de la mañana y en las próximas horas serán supervisadas por el Ministerio de Salud
Un nuevo lote de vacunas contra el COVID-19 llegaron esta madrugada a la Argentina. Son 580 mil dosis de Covishield, una variante de la creada por la Universidad de Oxford y AstraZeneca, pero producida por el Serum Institute de la India.
Minutos antes de las tres de la mañana el vuelo de Qatar Airlines (QR 8155) aterrizó en el aeropuerto de Ezeiza. Desde el Ministerio de Salud informaron que en las próximas horas Ginés González García “supervisará las vacunas que llegan desde la India en el Hangar de Cargas Argentinas”.
El cargamento llega mientras en el país se aplica únicamente la vacuna rusa Sputnik V, sin haber logrado hasta ahora un suministro lo suficientemente importante y fluido de arribos como para suministrarlas de manera masiva. La demanda global condicionó en Argentina un escenario de estrangulamiento de llegada de vacunas, por lo que el Gobierno podría modificar la estrategia epidemiológica y decidir que solo se aplique una dosis de la vacuna producida en la India.
Según los últimos análisis efectuados por el laboratorio AstraZeneca, una sola dosis de Covishield alcanza el 76% de eficacia contra el coronavirus, es decir un porcentaje de protección suficientemente bueno según establece la Organización Mundial de la Salud (OMS) para una inoculación viral efectiva de este tipo de virus.
La vacuna Covishield es una variante de la fabricada por AstraZeneca y Oxford, que se produce en el Serum Institute de la India a partir de un acuerdo de colaboración en el contexto de una transferencia tecnológica del laboratorio anglosueco y la universidad británica. El Estado argentino acordó la adquisición de un total de 1.160.000 dosis. Otras 580 mil llegarían en marzo en una aerolínea privada.
A fines de diciembre, la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT) validó el uso de emergencia de la vacuna AZD1222 de Oxford/AstraZeneca en dos dosis. Esta vacuna, la primera creada contra el SARS-COV-2 en el mundo luego de que estallara la pandemia, sirve para la inmunización activa de personas mayores de 18 años con dos dosis administradas con un intervalo de entre 4 y 12 semanas, según recomendó en primer lugar la agencia regulatoria inglesa (MHRA) al autorizarla como suministro de emergencia.
Para ello aseguró que los ensayos clínicos de Fase III demostraron que este régimen es seguro y eficaz para prevenir el COVID-19 sintomático, sin casos graves ni hospitalizaciones más de 14 días después de la segunda dosis, con la que se alcanza un 82% de protección.
Los resultados demostraron una eficacia de la vacuna del 76% (IC: 59% a 86%) después de una primera dosis, con la protección mantenida hasta la segunda dosis (REUTERS)
Por ello, las autoridades sanitarias argentinas evaluarían si las 580 mil dosis servirán para inmunizar a 290 mil personas con dos dosis, o bien a 580.000 con una sola. Con respecto a la Covishield, fue autorizada por ANMAT con carácter “de emergencia”, el pasado 9 de febrero, y se aclaró que la trasferencia de tecnología entre AzatraZeneca/Oxford y el Serum Institute de la India “no impacta en la calidad, seguridad y eficacia”.
Los resultados demostraron una eficacia de la vacuna del 76% (IC: 59% a 86%) después de una primera dosis, con la protección mantenida hasta la segunda dosis. Con un intervalo entre dosis de 12 semanas o más, la eficacia de la vacuna aumentó al 82% (IC: 63%, 92%). El análisis también mostró el potencial de la vacuna para reducir la transmisión asintomática del virus, según los hisopados semanales obtenidos de voluntarios en el ensayo del Reino Unido. Los datos mostraron que las lecturas de PCR positivas se redujeron en un 67% (IC: 49%, 78%) después de una dosis única y en un 50% (IC: 38% a 59%) después del régimen de dos dosis, lo que respalda un impacto sustancial en la transmisión del virus.
Días atrás, Ginés González García había celebrado que con la llegada de estas dosis contra el COVID-19 se podrá “escalar la vacunación de los grupos priorizados”. Estas dosis se agregarán a las 23,6 millones que el Gobierno ya contrató con el laboratorio anglosueco en producción conjunta con la biotecnológica local mAbxience y la mexicana Liomont y que se está fraccionando y envasando en México, para ser distribuida en toda la región desde el mes que viene.
Tras arribar en Ezeiza esta madrugada, a partir de las 9.30 de la mañana el Ministerio de Salud encabezará la supervisión de las dosis de Covishield en el Hangar de Cargas Argentinas del aeropuerto.